domingo, 9 de agosto de 2009

Los Aberrantes frutos del militarismo.

Los Aberrantes frutos del militarismo.

Cuadro de texto: Estos frutos del militarismo no solamente han ocasionado el asesinato de miles de  civiles, sino que también ha llevado al estado, en su afán por fortalecer las fuerzas militares, a destinar en su proyecto de carácter belicista una considerable suma del PIB que cada año aumenta (4.6%) dejando a un lado políticas de estado tan necesarias como la Seguridad Social, la educación y el saneamiento básico.País del Sagrado corazón vampiro, porque acá todo come sangre, todo necesita sangre, todo odia, odia y odia. País del Sagrado Corazón Vampiro Capitalista, que vende y compra manos de insurgentes y cadáveres de Nadie (todo aquél que pueda parecer guerrillero muerto en combate), país gobernado por sembradores de auto-atentados que matan aquí y allá. País psicópata.

Hace a penas un mes muchos nos hallábamos tirando voladores, quemando años viejos y abrazando a los queridos que aún tenemos cerca, muchos nos dejamos embriagar con la buena onda que da iniciar año. Tal vez bastantes decidieron dejar a un lado tanta cosa que archivó nuestra cabeza en el 2008, las ejecuciones extrajudiciales, el genocidio perpetuado por las fuerzas armadas contra los indígenas marchantes en noviembre, las capturas sin orden judicial de compañeros estudiantes y profesores, todo quisimos olvidarlo con el “faltan 5 pa las doce” (lo que es la memoria a corto plazo) . Sin embargo, desafortunadamente contamos con un gobierno lo suficientemente atento en recordarnos lo atroz que es y el 2009 empezó con el pie ultraderecho, con el mismo con el que terminó el 2008, pero con un toque de descaro y un mandatario algo más afanado por legitimar su seguridad democrática.

Entre ejecuciones extrajudiciales, auto- atentados, allanamientos y capturas sin orden judicial, los falsos positivos empiezan a llenar nuestro joven almanaque 2009. Por falso positivo entendemos, parafraseando la lógica militar del país, un resultado “positivo” por parte de este grupo armado en particular, cuando en realidad este resultado no existe. Falsos positivos en los últimos meses han sido las ejecuciones extrajudiciales de la familia de indígenas Kankuamos en Magdalena el 31 de diciembre, el asesinato de el esposo de Aída Quilcué el 16 del mismo mes, la captura extrajudicial del compañero de Tejer, el allanamiento al centro cultural El Salmón, el extraño atentado al BlockBuster de la 82, el carro bomba que explotó casualmente mientras las FARC liberaban algunos prisioneros, entre otros tantos que no han sido anunciados por T.V o que han contado como meras cifras en los últimos días a raíz de la nueva tanda de casos de ejecuciones extrajudiciales a jóvenes luego hechos pasar como guerrilleros muertos en combate.

Bien, la acepción más usada de la expresión falso positivo es vinculándola a las ejecuciones extrajudiciales, recordaran los lectores el escándalo del año pasado cuando se supo que 19 jóvenes de Soacha habían sido asesinados por las Fuerzas Armadas, usando sus cadáveres para engrosar las cifras de muerte y guerra que tanto enorgullecen al gobierno y su seguridad democrática. Así mismo durante ese boom se develaron por los medios otros 18 casos en Risaralda, 27 en Sucre y Córdoba, 4 en Popayán y otros tantos en Medellín y Remedios Antioquia. En los dos meses que han corrido del 2009 ya se han denunciado en los medios 2 nuevos casos en Bogotá y al menos 30 en Casanare. Cuadro de texto: A raíz del escándalo de los Falsos Positivos el gobierno ha pretendido lavarse las manos destituyendo a unos cuantos militares y ejerciendo un mayor control sobre las operaciones militares, pero esto no ha traído ninguna solución, pues este fenómeno continúa hoy  vigente a pesar de que el ministro de defensa diga lo contrario, incrementándose día a día el número de víctimas ejecutadas brutalmente por el ejército. Esta culpabilidad y responsabilidad no solamente recae sobre los militares que perpetran estos crímenes, sino también en los altos mandos no sólo militares, sino también desde la presidencia de la república y el mismo ministro de defensa que han promovido y diseñado esta delirante estrategia de guerra.

Pero detengámonos, que las cifras, además de escandalizar y lograr algunas destituciones dentro de las instituciones siempre podridas de este país, han ocasionado que se desvincule el problema de su meollo, han despojado de su subjetividad a las víctimas y han hecho de estas justo lo que en parte se quiere desde arriba que sean, Nadies. Hay que hilar más fino, preguntémonos por un momento para qué le sirve al gobierno un falso positivo, además, claro está de lograr para los militares, como recompensa, varios pasos agigantados en sus carreras de muerte. Un falso positivo sirve para:

-Legitimar la seguridad democrática, decir que se ha dado de baja a tal número de guerrilleros en combate cuando no es verdad;
- Para deshacerse el Estado de la oposición, como sucedió con los indígenas asesinados durante la minga, un falso positivo, decir que este movimiento popular estaba relacionado con las FARC y tras esto disparar a mansalva contra la marcha asesinado cantidades de indígenas,

-Alimentar la figura del enemigo interno, crear terror y con esto la ficción de que el pueblo necesita de un gran líder supremo que mantenga el orden.

-De nuevo crear terror y garantizar de esta forma que en los barrios la comunidad no se organice autónomamente

-Hacer limpieza social en los barrios marginales de las ciudades del país.

Mi nombre es María, pero podría llamarme Claudia, Juan, Marcos, John o Maritza, podría ser cualquiera de ustedes, los que como yo dicen, parchan o colectivizan, los que en la práctica actúan por un país mejor, donde la cultura del terror y el hambre no nos suma en un pesado silencio. Lo peor es que incluso también podría ser alguno de los que no, alguno de los que , por hambre, miedo o ambas callan. Sería de los que trabajan, se levantan con el estómago crujiente y crujientes se van a conseguir lo del día. Seré de los estudiantes, el compa que llega tarde y mira por debajo de unas cejas pobladas. Joven amante fui.


Ayer fui de los que toman pola en la tienda, los del partidito de fútbol en atardecer de barrio bogotano en las polvorosas colinas de esta ciudad enorme. Fui joven de Ciudad Bolívar, de Usme, de San Cristobal, joven en Soacha, en la Candelaria, joven que camina por el centro, entre buses y edificios altos como cubres atormentadas, joven del Bronx, o niña madre. Podría ser cualquiera, la amiga de la escuela, el parcero que escupe mientras empuja una lata cuesta abajo. Podría ser todos juntos, porque desde que morí ya no soy ningún@, mi nombre es ahora Muert@ Positivo, y ya no valgo porque rio, lucho, pienso, amo, beso, grito, ya no valgo por que tengo hermanos y padres, o porque nunca los tuve y viví en una pieza de un inquilinato que llevaba por nombre la Pajarera, ya no valgo porque me llamo, vivo, soy y llevo la historia de un país de excluidos. Ahora, desde que me sacaron de mi barrio y fui a dar tan lejos, equivalgo a una gorda o flaca cifra que por mi muerte pagaron, a dos días de vacaciones de un soldado de mi edad, o al acenso de un militar que dispara como los sicarios, justo en la mitad de la frente, entre ceja y ceja.

“Que horror, que país tan violento” diría la acomodada señora burguesa mientras ve en su plasma como marcha su Colombia es Pasión, luego tal vez se pararía y dentro pensaría “Pero hasta terroristas habrían de ser”. Cuadro de texto: Podemos alzar legítimamente nuestra voz al promover el antimilitarismo y la objeción por conciencia, esto como una forma de lucha para no participar en la guerra, para decir lo que nunca se dice, no solo para negarnos a participar de los ejércitos que nutren y defienden la exclusión social, sino, para crear otras formas de relacionarnos, para proponer ideas, nuevas salidas, nuevas alternativas y con el objetivo de desaprender toda la cultura militarista. Nuestra opción va más allá de negarnos a coger un arma para solucionar los conflictos sociales; pasa por reivindicar nuestro derecho a decidir según nuestras convicciones, nuestro derecho a vivir en paz; pasa por crear realmente una sociedad sin inequidades, sin injusticias, en equilibrio, desde el consenso, donde todos y todas tengamos las mismas oportunidades.

Tenemos presente nuestro derecho a vivir en paz, pero, también tenemos presente nuestro derecho natural a la vida, éste debe de ser respetado y defendido a capa y espada. Porque amamos la vida repudiamos la lógica de muerte belicista y fascista de este gobierno. Este periódico, como parte de un movimiento libertario que cree en la posibilidad del cambio social y así mismo se articula con los procesos de base, saluda al movimiento de víctimas de crímenes de estado, y a aquellos que caminamos junto a éste, por los esfuerzos y logros en la lucha por la memoria y contra la impunidad y por un mundo donde, como dicen los compas chiapanecos, quepan todos los mundos. Falsos positivos NUNCA MÁS.



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