domingo, 22 de noviembre de 2009

Editorial Mecha No 2. El momento de dar el paso....





Editorial-Mecha No 2

El momento de dar el paso…


Hace ya casi un año, el entonces comandante del Ejercito Nacional de Colombia, el general Mario Montoya, declaraba ante los medio de información masiva, que ya era el momento de hacer de la Seguridad Democrática una política de Estado y de esta forma dar el “paso” hacia la victoria contra la subversión. Comentaba el “simpático” militarote responsable por complicidad y omisión de la masacre de Bojayá, la práctica masiva de falsos positivos y la paramilitar Operación Orión, que la “nueva” política de seguridad implementada por el régimen del presidente Uribe, no podía convertirse ya en una simple política de 4 años, por razón del profundo impacto que había causado en el país y de los “buenos” resultados que con ésta se venían obteniendo, y se trataba entonces, de dar el paso hacia la fusión permanente entre el Estado y esta “purificadora” política.


Y los pupilos aventajados de Montoya siguen de cerca la pr opue s t a : Ah o r a e n l a s academias militares no se habla ya solo de la victoria, sino de la pos victoria; un paso importante para que los visionarios del libre mercado empiecen a construir según sus intereses este futuro país pacificado, aplastado y derrotado. Pasos importante dan los jefes políticos del señor Montoya, al aprobar a pupitrazo limpio y con enorme despliegue de corrupción, que incluye

notarías, casas y puestos, el Referendo re-reeleccionista, sobre el que todavía no hay claridad lingüística: Hay demasiadas Re.



Dan pasos bonitos los antantes de tropipop que ahora celebran el 20 de Julio, Día del Grito de Independencia de Colombia, desde bases militares que pronto serán administradas por soldados norteamericanos; y dan pasos feos todos los pre-candidatos Uribista en medio de sus millonarias y demagógicas campañas electorales, pasos silenciosos como los del Departamento Administrativo de Seguridad, la policía política del gobierno, que pese a los repetidos escándalos y profundas investigaciones no ha dejado ni un solo minuto, como bien lo dicen ellos mismos, de chuzar teléfonos, monitorear a organizaciones y movimientos sociales, seguir a personas e intimidar a los opositores o a los posibles opositores; o pasos ruidosos como los de Uribe Vélez haciendo muestra de fe ciega en el credo del antiterrorismo, explicando con absoluta seriedad por que unas bases con misión, labor y proyección continental no van a violentar a todo el continente.


Pasos y más pasos da el Uribismo hacia la consolidación de su país soñado: 30 mil paramilitares “desmovilizados” se vuelven cooperantes de la fuerza pública y las propiedades de sus jefes se convierten por arte de magia en inversión para la paz, los TLC que aun no se dilatan con los gringos, se hacen automáticos con la Unión Europea y Canadá, la absoluta privatización de los servicios públicos se perfecciona, la criminalización de la movilización popular se acentúa, y el práctico Estado de Sitio se vuelve moneda de todos los días: Ahora el toque de queda rige en la mitad del país, tanto por la fuerza de las armas como por la de la ley.


Sin embargo los pasos que los poderosos van dando hacia la dictadura, hoy en día se ven resistidos por un latente movimiento popular, por un clima cada vez más dado a la conflictividad social, en donde la polarización se hace patente y sube la temperatura de la lucha de clases. Por un lado buena parte de los movimientos sociales se volcaron hacia el proceso de la Minga de Resistencia Social y Comunitaria y hacia la construcción de un proyecto no solo indígena, sino también urbano, estudiantil, feminista, sindical y a la suma de cuentas popular. Por otro lado, el número de manifestaciones de descontento aumenta, y se realizan por lo menos 3 marchas diarias, según presenta en su último informe el CINEP la cifra más alta vista en varios años, la mayoría de ellas relacionadas con la urgente necesidad de para la guerra y la lucha contra el empeoramiento de las condiciones de vida de la población.


Dos fenómenos que tienen nombre propio: Guerrerismo y Neoliberalismo, ambas políticas necesarias para la dominación de la oligarquía y su proyecto Para-Estatal. Pero la resistencia no solo detiene el paso de la dictadura, sino que se propone hacerla retroceder. Y para eso los pasos de la Minga, los del Paro nacional de octubre y la rebeldía de l@s jóvenes y estudiantes son la clave. De ahí la urgencia por dar pasos para avanzar hacia la unidad popular y revolucionaria, y por desarrollar procesos de construcción horizontal y libertaria de poder popular que confronten al Estado, la Oligarquía y el Capitalismo.



Para contribuir con esta perspectiva, desde la Red Libertaria Popular Mateo Kramer nos propusimos, en nuestra segunda asamblea general, dar el paso para la construcción de alternativas concretas y organizadas, dar el paso a la incidencia, la propuesta y el entronque con las clases populares, dar el paso de juntarnos con todos y todas las libertarias para así crear y multiplicar junt@s expresiones de libertad y poder popular



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