miércoles, 8 de abril de 2009

El Miedo Se Pasea por los Barrios de Colombia

libertad para todos

Bogotá (AFP). Las puertas se cierran temprano en Sierra Morena, un barrio del sur de Bogotá, por los panfletos con amenazas que circulan en varias ciudades y que grupos de derechos humanos temen desate una campaña de asesinatos de ‘limpieza social’, aunque el gobierno minimiza sus alcances.

“Nos toca cerrar temprano el negocio, la gente tiene miedo y muy pocos se atreven a salir tarde en la noche”, dice Eduardo López, dueño de un pequeño comercio de provisiones en una calle de ladera que lleva hacia ‘el tanque’, un depósito de agua potable que surte a la zona.

López señala que las amenazas comenzaron a ser distribuidas desde los primeros meses de 2008 en varios suburbios de Ciudad Bolívar, la comuna de más de 60 barrios y 700.000 habitantes en el suroeste de Bogotá, a donde llegan miles de desplazados por la violencia.

Hasta las 10.

“Jóvenes, no los queremos ver en las esquinas parchados drogándose, estamos en limpieza, esto es serio”, dice uno de los panfletos que amenaza especialmente a quienes estén en la calle “después de las 10 P.M. No responderemos si caen inocentes”.

“Los niños buenos se acuestan temprano, a los demás los acostamos nosotros”, dice otro de los volantes, que son dejados debajo de las puertas en la noche.

El presidente Álvaro Uribe anunció el lunes que 13 personas han sido capturadas en diversas regiones de Colombia por su relación con la distribución de las amenazas.

Pero el mismo jefe de Estado llamó hace dos semanas a no prestarle atención a los panfletos. “El que reciba uno, rómpalo”, dijo Uribe durante una de sus reuniones semanales con la comunidad, transmitida por la televisión.

En febrero grupos de derechos humanos denunciaron que las amenazas han sido distribuidas en al menos 20 ciudades, incluyendo las grandes comunas populares de Bogotá y Medellín.

Líderes sociales amenazados

En algunos casos se amenaza de muerte a los distribuidores de droga, prostitutas y delincuentes. Pero en otros, las amenazas van dirigidas con nombre propio contra dirigentes barriales o estudiantiles, que han tenido que huir.

En un país donde 17 defensores de derechos humanos han sido asesinados en los últimos dos años y 600 han tenido que exiliarse, según una ONG que trabaja con la Iglesia, las amenazas no pueden desestimarse. ‘Ante las amenazas de muerte, te quiero vivo’, dicen estos ‘des-panfletos’, de los cuales 20.000 ya han sido puestos a circular en las calles del sur de Bogotá.

AFP

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